Los materiales definen en gran medida cómo se experimenta un espacio. "La madera aporta calidez, el lino calma y el mármol destila elegancia", señala Jesseca. "Incluso la acústica se ve influida por los materiales. Lo que sentimos, oímos y vemos se une para formar la experiencia interior".
Aunque la intuición forma parte del proceso, cada proyecto parte de su contexto. Una casa de vacaciones requiere decisiones diferentes a las de un hotel. La estética, el confort, la normativa y la intensidad de uso deben estar en consonancia.
Los acabados realzan esas decisiones. "Una superficie mate es discreta. Una pátina cuenta la historia del tiempo. Al combinar conscientemente estos matices, aportas personalidad al diseño de forma tangible".